PROBLEM SOLVED (?

Últimamente mi vida se basa prácticamente en ir a la Universidad, ver series y dormir.

Ya sé, es un poco triste, pero es la verdad. Hay personas que hacen frente a sus problemas bebiendo o drogándose. Hay personas que simplemente no pueden con todo lo que les acontece. Y hay personas que saben salir al paso. Yo siempre he considerado que estoy en un punto medio, en la que no permito que lo que me ocurre me afecte demasiado, pero que en el fondo sé que lleno mis horas de actividades tontas para no pensar en nada.

Tengo una compañera de clase magnífica a la que hoy puedo llamar amiga. Esta, ha pasado por cosas que una persona tan joven no debería, y yo, intento ayudarla en todo lo que puedo. Me entristece verla sufrir. Pero me entristece aún más cuando me pregunta si creo que algún día volverá a ser feliz. Tan feliz como lo era antes. Me parte el alma ver un atisbo de esperanza en sus ojos, tan rodeado de frustración y tristeza y ver cómo la oscuridad absorbe la luz.

¿Qué le pasa a la sociedad? ¿Acaso en todas las épocas de la historia se ha dado esto?

Quiero decir, cada vez me encuentro con más personas infelices en este mundo. Y lo peor es que no me refiero a ancianos, me refiero a la juventud actual, aquellos que estamos en la flor de la vida.

La crisis, la presión social, la situación familiar y la misma evolución de la sociedad son factores que contribuyen a que esta situación empeore. No es raro, por desgracia, que estos factores se den a la vez.

No quiero imaginar un futuro en el que la base de este sea tan inestable como una pirámide de cartas.

Y por eso me encantan las series. Sí, así de repente. Me encantan las series porque por un intervalo de 40 a 50 minutos me olvido de la mierda de mundo en la que vivo. De los gritos de mi hermano porque paga con nosotros el bullying que sufre. De la enfermedad de mi padre por los traumas y el miedo al fracaso. Del sufrimiento de mi madre por aguantar todo y por tirar de todos. De que los nombrados factores hayan destruido mi familia y la de muchos otros.

Me encantan las series porque puedes fantasear con la idea de un amor imposible. Puedes imaginar cientos de posibles mundos postapocalípticos y puedes intentar encajar las piezas de un asesinato hasta formar una imagen del culpable.

Lloras, ríes, temes, amas, reflexionas… y después, después te vas a dormir tranquila. Como si fuera un analgésico.

Quizás algún día hable largo y tendido sobre algunas de mis series preferidas, de lo que me empujó a verlas y qué aprendí de ellas y sus personajes.

Hoy solo quería desahogarme y convencerme a mi misma de que esto es solo una etapa. Vendrán tiempos mejores, ¿verdad? Ya tenemos demasiada realidad y no es demasiado alentadora.

Así que, de momento, que no me toquen las series.

 

 

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